Quiero aclarar previamente a la lectura del texto que es recomendable responder interiormente a las preguntas que se plantean, a medida que vamos leyendo, antes de continuar con la lectura. Incluso hay algunas preguntas que quedan en el aire y no se responden con el fin de que la lectora/el lector sea quien, por sí mism@, dé la respuesta que considere.
¿Qué es amor y qué es deseo?
El límite puede ser confuso. Veamos por qué es difícil distinguir dónde hay amor y dónde hay solo deseo.
¿Desear algo bueno y legítimo para alguien es amar a esa persona?
Por ejemplo: ¿Desear que alguien se mejore y se cure de una dolencia física es amar a esa persona?
¿Desear la sanación psicológica y personal de alguien que ha sufrido una situación de maltrato es amarla?
Si examinamos estos deseos podemos observar que son expresiones de amor.
¿Desear que a alguien le toque la lotería es amar a esa persona? ¿Sí o no?
Aparentemente no.
Pero, ¿Y si esa persona necesita el dinero para pagar el tratamiento, de su hija o su hijo, contra el cancer, en un país extranjero? ¿en ese caso, desear que le toque la lotería es amar a esa persona?
En este caso, aparentemente, nuestro deseo sería también una expresión de amor. Por lo tanto, dependerá de qué nos lleva a desear que ésto suceda. Es decir, dependerá de la motivación que subyace al deseo en cuestión que sea una expresión de amor o no.
¿Es habitual que deseemos que otra persona que no seamos nosotr@s se gane la lotería sin un motivo de peso que lo justifique?
En cambio, que deseemos ganarnos nosotros la lotería sin motivo alguno no es tan raro ¿No?
¿Desear que llegue a tu vida una persona (o varias) que te amen y te respeten como tú y solo tú sabes, en lo más profundo de tu ser que mereces que hagan.. es eso amar?
¿Desear un amor sincero e incondicional para ti mism@ es una forma de amarte y de amar al mundo?
¿En este caso desear sería amar?
Pongámonos en otra situacion aparentemente distinta.
¿Desear una noche loca de pasión y de sexo con un desconocido o una desconocida es eso amar?
Podríamos pensar que no. Probablemente la mayor parte de las personas que deban responder a esta pregunta consideren que este deseo no es una expresión de amor, pero...
¿Hay alguien que pueda afirmar que nadie en el mundo ha encontrado nunca jamás el amor en una noche loca de pasión y de sexo con un desconocido o una desconocida?
Como vamos viendo, amor y deseo, en más de una ocasión, pueden coexistir y son uno.
Ahora demos un paso más.
¿Ver al deseo y al sexo, solo como deseo y como sexo, es decir, como una pulsión puramente instintiva y de satisfacción personal, a través del propio placer corporal, puede llegar a ser un mecanismo para evitar el compromiso emocional y sentimental que implica amar?
Dicho de otra manera.. ¿Ver al deseo y al sexo solo como deseo y como sexo es la consecuencia del miedo que nos produce AMAR, teniendo en cuenta que, de éste modo, nos parece más manejable y menos comprometido el amor?
Si es así, como tales, el deseo y el sexo no existirían, dado que la única función que tienen es enmascar un amor mucho más profundo e intenso que no ha sido expresado por miedo, pero que no deja de estar ahí, ya que es lo que subyace interiormente dentro de tod@s y cada un@ de nosotr@s.
Si damos por cierta esta deducción lógica, lo más adecuado sería centrarnos en el amor, ya que, según este razonamiento es lo único que realmente existe.
¿Qué es el amor?
Amar puede ser algo así como entrar en comunión con el universo, entregarse a la experiencia de fundirse con todo. Esta experiencia tiene lugar a través de los demás seres que forman parte también del universo, del mismo modo que nosotras y nosotros lo hacemos. Pongamos varios ejemplos:
- A través de las relaciones sentimentales.
- A través de las relaciones maternofiliales y paternofiliales.
- A través de las relaciones familiares, fraternales, de amistad y personas en general.
- A través de las relaciones con animales, plantas, objetos, lugares, naturaleza, vida.
Pero si ya formamos parte del universo y el universo ya forma parte de nosotros, ¿es necesario hacer algo para entrar en comunión con el universo o no tenemos que hacer nada?
¿Es necesario hacer algo para amar o no hay que hacer nada por que ya formas parte del otro ser y de todo el universo?
El amor ya está en ti y en el resto del mundo, tal vez lo único que hay que hacer es "no hacer nada" y dejar que te penetre, que te inunde. Tal vez lo único que hay que hacer es abrirse al amor.
Porque pensamos que somos seres separados, escindidos, de los demás y del mundo en general albergamos temores y deseos. Deseamos lo que pensamos que nos puede aportar felicidad o placer y rechazamos lo que pensamos que nos amenaza y nos puede provocar malestar o dolor. Cuanto más nos apegamos a unas cosas y más sentimos aversión hacia otras, más cultivamos la ilusión de ser seres separados de los otros y del mundo. Cuanto más permanecemos ajenos al sufrimiento y la dicha de las demás personas por estar centrados en nosotros mismos, más aislados nos sentimos y más carentes de la conexión amorosa. Sin embargo, es una ilusión que estemos separados. La realidad última es que formamos parte de todas las demás personas que nos rodean y estamos interconectados.
Intersomos con todas las demás personas y a pesar de ello, la mayor parte del tiempo, pensamos, hablamos y actuamos como si no fuera así. ¿Cómo vamos a encontrar el amor?
La pregunta más adecuada no sería ¿Qué tengo que hacer para encontrar el amor? sino:
¿A qué tengo que renunciar para encontrar el amor verdadero?
¿Eres consciente de cuáles son las motivaciones que subyacen en tus acciones para desarrollar y expresar el amor?
¿Eres capaz de observar y tomar conciencia de la naturaleza de las motivaciones que hay detrás de los pensamientos, palabras y acciones que desarrollas cuando amas?
¿Son motivaciones de naturaleza altruista o egoista?
Vamos a focalizarnos en las relaciones sentimentales teniendo en cuenta que, a través de ellas, tiene lugar la expresión de entrega y de respeto más profunda: el acto amoroso.
¿Es legítimo desear que una persona haga el amor contigo y se entregue a ti pero no sea libre para expresar el amor a otras personas, de la manera que sea?
Cuando amamos deseamos la felicidad del ser amado. En esto podemos estar todas y todos más o menos de acuerdo, pero.. ¿Deseamos la felicidad del ser amado más allá de nosotr@s mism@s o solo hasta el límite de nuestro poder y capacidad de acción?
¿Es la felicidad que deseamos, para el ser amado, incondicional e ilimitada o, por el contrario está condicionada y tiene un límite? ¿queremos que la persona a quién amamos sea plenamente feliz o cuando la persona amada comienza a ser feliz más allá de nosotr@s preferimos que no lo sea, ya que su felicidad fuera de nuestro ambito de acción no podemos controlarla y se nos escapa de las manos?
Si amar, como dijimos, es entrar en conexión con el universo, pero no queremos que el ser amado sea libre para entrar en conexión con el resto del universo, a través de la expresión de su amor por otras personas.. ¿Estamos abriéndonos a la comunión con el universo o obedecemos a nuestros propios intereses personales que restringen y condicionan la expresión libre del amor? ¿Estamos accediendo así a un vasto mundo más allá de las estrellas o nos estamos quedando recluidos, una vez más, en nuestra pequeña celda del ego?
Pongamonos ahora en la situación de una pareja que hace el amor. Una situación que, por otra parte, probablemente puede parecernos común. Llegado un momento un@ de l@s amantes desea alcanzar el orgasmo antes de terminar, pero el/la otr@ se siente cansad@ y no quiere seguir. La persona que no quiere seguir se presta a hacerlo aunque ya no esté disfrutando. La persona que desea alcanzar el orgasmo continúa a pesar de ser consciente de que su amante ya no está disfrutando y lo que realmente quiere es terminar.
¿Cuando la persona que desea alcanzar el orgasmo lo alcanza, está entrando en comunión con el universo a través del amor sin reservas que siente y la entrega total que manifiesta hacia su amante o está completamente sola?
¿La persona que ha aceptado continuar con la relación, aunque ya no disfrute y no la quiera, siente el amor sin reservas y la entrega total hacia el ser amado o se siente sola, frustrada y abandonada?
¿Quién comete un error, la persona que no es capaz de renunciar a su propio deseo aún a costa de utilizar al ser amado, la persona que acepta prestarse a ser utilizada por el ser amado aún a costa de sentirse utilizada, ambas o ninguna?
Respeto es renuncia. Cuando un@ respeta se está respetando a si mism@. Del mismo modo, cuando un@ se respeta a sí mism@, de manera indirecta, está respetando también al otr@.
Es por esta razón que tal vez lo que deberíamos preguntarnos es a qué estamos dispuestos a renunciar para encontrar el amor verdadero. Por supuesto no estamos hablando de renunciar al amor en ninguna de sus formas (incluido el placer sensual), estamos hablando de salir del falso concepto que hemos creado acerca de nosotr@s mism@s para poder llegar hasta el corazón de los demás y poder permitir que los demás se acerquen al nuestro.
El desarrollo de la compasión te permite "ver" al otro. Una mirada compasiva te permite llegar hasta la naturaleza esencial del ser amado y poder reconocerla. Desde el respeto más sincero y desde la entrega más profunda.
Una mirada compasiva, ya sea hacia la otra persona, ya sea hacia tí mism@, no hubiese dado pie para que una situación como la esbozada en el ejemplo anterior hubiese tenido lugar. Con la compasión no se produce el desencuentro.
Por eso afirmo que amor es compasión y compasión es amor. Ambas cosas son una misma.