sábado, 17 de mayo de 2025

Deseo, amor y compasión II

Quiero aclarar previamente a la lectura del texto que es recomendable responder interiormente a las preguntas que se plantean, a medida que vamos leyendo, antes de continuar con la lectura. Incluso hay algunas preguntas que quedan en el aire y no se responden con el fin de que la lectora/el lector sea quien, por sí mism@, dé la respuesta que considere.

 

 

            

 ¿Qué es amor y qué es deseo?

 El límite puede ser confuso. Veamos por qué es difícil distinguir dónde hay amor y dónde hay solo deseo.

¿Desear algo bueno y legítimo para alguien es amar a esa persona? 

Por ejemplo: ¿Desear que alguien se mejore y se cure de una dolencia física es amar a esa persona?

¿Desear la sanación psicológica y personal de alguien que ha sufrido una situación de maltrato es amarla?

Si examinamos estos deseos podemos observar que son expresiones de amor.

¿Desear que a alguien le toque la lotería es amar a esa persona? ¿Sí o no?

Aparentemente no.  

Pero, ¿Y si esa persona necesita el dinero para pagar el tratamiento, de su hija o su hijo, contra el cancer, en un país extranjero? ¿en ese caso, desear que le toque la lotería es amar a esa persona?

 

 


En este caso, aparentemente, nuestro deseo sería también una expresión de amor. Por lo tanto, dependerá de qué nos lleva a desear que ésto suceda. Es decir, dependerá de la motivación que subyace al deseo en cuestión que sea una expresión de amor o no.

¿Es habitual que deseemos que otra persona que no seamos nosotr@s se gane la lotería sin un motivo de peso que lo justifique?

En cambio, que deseemos ganarnos nosotros la lotería sin motivo alguno no es tan raro ¿No? 

¿Desear que llegue a tu vida una persona (o varias) que te amen y te respeten como tú y solo tú sabes, en lo más profundo de tu ser que mereces que hagan.. es eso amar?

¿Desear un amor sincero e incondicional para ti mism@ es una forma de amarte y de amar al mundo?

¿En este caso desear sería amar? 

Pongámonos en otra situacion aparentemente distinta.

 ¿Desear una noche loca de pasión y de sexo con un desconocido o una desconocida es eso amar?

Podríamos pensar que no. Probablemente la mayor parte de las personas que deban responder a esta pregunta consideren que este deseo no es una expresión de amor, pero...

 

                         Mujer despertando al deseo íntimo femenino

 

¿Hay alguien que pueda afirmar que nadie en el mundo ha encontrado nunca jamás el amor en una noche loca de pasión y de sexo con un desconocido o una desconocida?

 Como vamos viendo, amor y deseo, en más de una ocasión, pueden coexistir y son uno.

Ahora demos un paso más.

¿Ver al deseo y al sexo, solo como deseo y como sexo, es decir, como una pulsión puramente instintiva y de satisfacción personal, a través del propio placer corporal, puede llegar a ser un mecanismo para evitar el compromiso emocional y sentimental que implica amar?

Dicho de otra manera.. ¿Ver al deseo y al sexo solo como deseo y como sexo es la consecuencia del miedo que nos produce AMAR, teniendo en cuenta que, de éste modo, nos parece más manejable y menos comprometido el amor?  

Si es así, como tales, el deseo y el sexo no existirían, dado que la única función que tienen es enmascar un amor mucho más profundo e intenso que no ha sido expresado por miedo, pero que no deja de estar ahí, ya que es lo que subyace interiormente dentro de tod@s y cada un@ de nosotr@s.

Si damos por cierta esta deducción lógica, lo más adecuado sería centrarnos en el amor, ya que, según este razonamiento es lo único que realmente existe.

 


 

¿Qué es el amor?

Amar puede ser algo así como entrar en comunión con el universo, entregarse a la experiencia de fundirse con todo.  Esta experiencia tiene lugar a través de los demás seres que forman parte también del universo, del mismo modo que nosotras y nosotros lo hacemos.  Pongamos varios ejemplos:

- A través de las relaciones sentimentales.

- A través de las relaciones maternofiliales y paternofiliales.

- A través de las relaciones familiares, fraternales, de amistad y personas en general.

- A través de las relaciones con animales, plantas, objetos, lugares, naturaleza, vida.

Pero si ya formamos parte del universo y el universo ya forma parte de nosotros, ¿es necesario hacer algo para entrar en comunión con el universo o no tenemos que hacer nada? 

 

                              

 

¿Es necesario hacer algo para amar o no hay que hacer nada por que ya formas parte del otro ser y de todo el universo? 

El amor ya está en ti y en el resto del mundo, tal vez lo único que hay que hacer es "no hacer nada" y dejar que te penetre, que te inunde. Tal vez lo único que hay que hacer es abrirse al amor.

Porque pensamos que somos seres separados, escindidos, de los demás y del mundo en general albergamos temores y deseos.  Deseamos lo que pensamos que nos puede aportar felicidad o placer y rechazamos lo que pensamos que nos amenaza y nos puede provocar malestar o dolor. Cuanto más nos apegamos a unas cosas y más sentimos aversión hacia otras, más cultivamos la ilusión de ser seres separados de los otros y del mundo. Cuanto más permanecemos ajenos al sufrimiento y la dicha de las demás personas por estar centrados en nosotros mismos, más aislados nos sentimos y más carentes de la conexión amorosa.  Sin embargo, es una ilusión que estemos separados. La realidad última es que formamos parte de todas las demás personas que nos rodean y estamos interconectados. 

 

                      respeto1

 

 

Intersomos con todas las demás personas y a pesar de ello, la mayor parte del tiempo, pensamos, hablamos y actuamos como si no fuera así.  ¿Cómo vamos a encontrar el amor?

La pregunta más adecuada no sería ¿Qué tengo que hacer para encontrar el amor? sino:

¿A qué tengo que renunciar para encontrar el amor verdadero?

¿Eres consciente de cuáles son las motivaciones que subyacen en tus acciones para desarrollar y expresar el amor?

¿Eres capaz de observar y tomar conciencia de la naturaleza de las motivaciones que hay detrás de los pensamientos, palabras y acciones que desarrollas cuando amas? 

¿Son motivaciones de naturaleza altruista o egoista? 

Vamos a focalizarnos en las relaciones sentimentales teniendo en cuenta que, a través de ellas, tiene lugar la expresión de entrega y de respeto más profunda: el acto amoroso.

¿Es legítimo desear que una persona haga el amor contigo y se entregue a ti pero no sea libre para expresar el amor a otras personas, de la manera que sea? 

Cuando amamos deseamos la felicidad del ser amado. En esto podemos estar todas y todos más o menos de acuerdo, pero.. ¿Deseamos la felicidad del ser amado más allá de nosotr@s mism@s o solo hasta el límite de nuestro poder y capacidad de acción?

¿Es la felicidad que deseamos, para el ser amado, incondicional e ilimitada o, por el contrario está condicionada y tiene un límite? ¿queremos que la persona a quién amamos sea plenamente feliz o cuando la persona amada comienza a ser feliz más allá de nosotr@s preferimos que no lo sea, ya que su felicidad fuera de nuestro ambito de acción no podemos controlarla y se nos escapa de las manos?

Si amar, como dijimos, es entrar en conexión con el universo, pero no queremos que el ser amado sea libre para entrar en conexión con el resto del universo, a través de la expresión de su amor por otras personas.. ¿Estamos abriéndonos a la comunión con el universo o obedecemos a nuestros propios intereses personales que restringen y condicionan la expresión libre del amor?  ¿Estamos accediendo así a un vasto mundo más allá de las estrellas o nos estamos quedando recluidos, una vez más, en nuestra pequeña celda del ego? 

 

     El egoísmo como un peso pesado en la vida - simbolizado por una persona encadenada unida a una bola de prisioneros para mostrar que el egoísmo puede ser un dolor, trae sufrimiento y es una carga psicológica, ilustración 3d - 153884666

 

Pongamonos ahora en la situación de una pareja que hace el amor. Una situación que, por otra parte, probablemente puede parecernos común.  Llegado un momento un@ de l@s amantes desea alcanzar el orgasmo antes de terminar, pero el/la otr@ se siente cansad@ y no quiere seguir. La persona que no quiere seguir se presta a hacerlo aunque ya no esté disfrutando. La persona que desea alcanzar el orgasmo continúa a pesar de ser consciente de que su amante ya no está disfrutando y lo que realmente quiere es terminar.

¿Cuando la persona que desea alcanzar el orgasmo lo alcanza, está entrando en comunión con el universo a través del amor sin reservas que siente y la entrega total que manifiesta hacia su amante o está completamente sola?

¿La persona que ha aceptado continuar con la relación, aunque ya no disfrute y no la quiera, siente el amor sin reservas y la entrega total hacia el ser amado o se siente sola, frustrada y abandonada?

¿Quién comete un error, la persona que no es capaz de renunciar a su propio deseo aún a costa de utilizar al ser amado, la persona que acepta prestarse a ser utilizada por el ser amado aún a costa de sentirse utilizada, ambas o ninguna? 

Respeto es renuncia.   Cuando un@ respeta se está respetando a si mism@. Del mismo modo, cuando un@ se respeta a sí mism@, de manera indirecta, está respetando también al otr@.

 

 Mujer abrazándose a sí misma como prueba del poder de la autocompasión

 

Es por esta razón que tal vez lo que deberíamos preguntarnos es a qué estamos dispuestos a renunciar para encontrar el amor verdadero. Por supuesto no estamos hablando de renunciar al amor en ninguna de sus formas (incluido el placer sensual), estamos hablando de salir del falso concepto que hemos creado acerca de nosotr@s  mism@s para poder llegar hasta el corazón de los demás y poder permitir que los demás se acerquen al nuestro.  

 

    

 

El desarrollo de la compasión te permite "ver" al otro. Una mirada compasiva te permite llegar hasta la naturaleza esencial del ser amado y poder reconocerla. Desde el respeto más sincero y desde la entrega más profunda.

Una mirada compasiva, ya sea hacia la otra persona, ya sea hacia tí mism@, no hubiese dado pie para que una situación como la esbozada en el ejemplo anterior hubiese tenido lugar. Con la compasión no se produce el desencuentro.

Por eso afirmo que amor es compasión y compasión es amor. Ambas cosas son una misma. 


      

viernes, 11 de abril de 2025

Deseo, amor y compasión.

 

El deseo es uno de los obstáculos que impiden alcanzar el estado de la mente pura y plenamente consciente de un buda.  
 
El cultivo de una mente aferrada al yo que se interpreta a sí misma como separada del mundo y susceptible de obtener objetos de deseo externos a ella misma es absolutamente incompatible con el estado de buda.
 
 
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Todos y todas formamos parte del mundo, no somos seres diferentes y escindidos de la naturaleza exterior. Los objetos, las personas, los animales, las plantas y nuestra mente son un continuo indivisible y nuestra naturaleza es la naturaleza de todo. La naturaleza de nuestra mente es la naturaleza de todas las cosas.
 
Sin embargo, nos percibimos a nosotr@s mism@s como entidades separadas, de manera errónea creemos que somos entidades separadas y, por lo tanto, actuamos como entidades separadas. 
 
 De pronto, en un abrazo, en un beso, en una sonrisa, en una mirada de complicidad, en una caricia sucede el "encuentro" y, por breves instantes, tomamos consciencia de qué somos parte del otro y el otro es parte de nosotr@s. 
 
 
 
Es cuando tiene lugar "el encuentro" que percibimos nítidamente la realidad profunda de la mente transcendente e interconectada que es la verdadera naturaleza de nuestro ser. 
 
 
Istock / Istock
 
¿Qué pasa cuando deseamos?
¿Porqué el deseo es un obstáculo para alcanzar el estado de la mente pura de un buda?
Porque no hay encuentro: cuando experimentas atracción por alguien o por algo y se despiertan tus deseos, anhelas obtener ese objeto de deseo sin que el objeto de deseo pueda llegar a experimentar lo mismo. Es decir no existe correspondencia y por lo tanto no hay posibilidad de que tenga lugar el encuentro. Si las mentes no están fusionadas en una no hay encuentro, solo el deseo de una mente confundida que piensa que está separada y que anhela para sí misma lo que observa afuera.
 
 
Caperucita roja y el lobo. Ilustración digital. - 129753538

Podríamos pensar.. ¿Y si la persona deseada desea ser deseada? Eso es irrelevante porque el hecho es que desear a la persona y verla como un objeto de deseo ya la aleja de ti y ya hace que el encuentro sea inalcanzable. Es más, pensar que la otra persona pueda desear ser deseada es también parte de tu propio deseo y hace que, aún más, un encuentro sea completamente imposible, salvo en el mundo ilusorio de la mente que desea, el cual no es otra cosa que un autoengaño al cual nos aferramos para no renunciar al propio deseo.
 
¿Qué podemos hacer con nuestro propio deseo? Tomar conciencia de nuestro propio deseo es tomar conciencia de que el deseo no nos une, sino que nos separa. En la medida en que no es un sentimiento correspondido no permite que la naturaleza de nuestra mente entre en comunión con la de los demás y repose en la naturaleza no dual de la existencia búdica. 
Simplemente ese no es el camino para estar unid@s a los demás seres y al mundo en general. 
Love in the Air vector illustration 
 
 
Cuando percibimos claramente esa realidad no es posible continuar aferrados al deseo. Nos damos cuenta de que no merece la pena seguir dando rienda suelta al ansia por realizar nuestros deseos. Solo queda soltar. Abandonar los apegos y confiar en el amor que, de una forma u otra, está destinado a manifestarse.
 
El respeto y la renuncia es el ejercicio de la consciencia transcendente. Sí, tal vez no haya encuentro tampoco a través del respeto y la renuncia, pero no hay engaño, ya que tomamos consciencia y aceptamos la "no correspondencia". De tal modo que el encuentro sucede a un nivel más profundo y sutil.  En el ambito de lo inmaterial y lo espiritual. En el ámbito de la energía trascendente.
 
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Además de que el respeto y la renuncia no exigen correspondencia para su realización plena. En cambio el deseo sí exige de correspondencia, ya que la naturaleza del deseo es la volición de la realización de lo deseado en un momento futuro, por lo que solo la satisfacción del deseo libera de la insatisfacción de no haberlo conseguido. Ésta es la razón por la cual, independientemente de la correspondencia o no correspondencia por parte del objeto deseado, la cual es irrelevante, la naturaleza del deseo es tensión por la inexistencia de "encuentro" así como por la total imposibilidad de existencia del mismo. En el deseo es imposible el encuentro. Incluso los deseos alcanzados son decepcionantes y empujan a seguir deseando, en tanto que insuficientes, ya que en su naturaleza no hay "encuentro". Solo una mente que desea y se percibe a sí misma como real, de manera equivocada, mientras que todo lo que la rodea son meros medios para obtener lo deseado. 
 
 
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La propia naturaleza del deseo no permite que haya encuentro ni correspondencia, solo insatisfacción y sufrimiento por no alcanzar nunca lo deseado y permanecer apegado a un concepto erróneo acerca de un@ mismo. Un concepto (equivocado) de uno mismo que genera dependencia y tolerancia, como las drogas, ya que cada vez es necesario satisfacer deseos aún más ambiciosos para seguir alimentando nuestro propio ego, sin que, en este desenfreno, se pueda nunca llegar a saciar el ansia o el hambre de deseos.
 
El deseo nos aparta del momento presente, ya que nos transporta a un espacio y un tiempo que no existén en el aquí y ahora. Ya sea por la pretensión de modificar el pasado que rechazamos o por manipular un futuro que intentamos modelar a nuestro antojo.
Cuando nos aparta del momento presente, nos aparta de nuestra naturaleza esencial, es decir del único lugar y momento en el cual podemos ser de verdad y expresarnos en el mundo.
 
¿Cuál es la diferencia que nos encontramos cuando se trata de compasión y amor incondicional lo que cultivamos? La compasión es la aspiración de querer ayudar a personas que sufren a calmar su dolor, incluso, en el caso de que las personas por quienes sentimos compasión permanezcan ajenas a su propio sufrimiento.  La motivación que subyace a este sentimiento es completamente diferente. En este caso el foco está en "la otra persona". No deseamos algo para nosotros, deseamos algo para el otro, deseamos su felicidad,  Deseamos que acabe su sufrimiento y pueda realizarse plenamente.  En este caso, la completa realización de la mente de un buda para el otro es nuestro deseo. Es decir, que la mente de un buda se manifieste en el ser amado. Puede existir un correlato o no en la persona en cuestión, pero es lo de menos, por que lo que importa es que la motivación es pura, pues está carente de un estímulo basado en el beneficio propio.  Por lo que si ya, de antemano, poner el foco de atención en el bienestar y la paz de la persona hacia la cual focalizamos la compasión, independientemente de la correspondencia, aún cuando no tenga lugar un encuentro, al menos podemos hablar de una aproximación o un acercamiento entre dos seres.   
 
 

fomentar la compasion en niños
 
 
Es una aproximación por el hecho de que desear de corazón el amor y la felicidad para el otro, inevitablemente, te aproxima a esa persona.  Aunque a esa persona, debido a obstáculos internos y/o externos, le resulte difícil alcanzar el amor y la felicidad. La compasión y el amor incondicional, siempre acercan al ser amado. Incluso, en el caso, de que una persona no desee ser compadecida y lo rechace,  si es digna de compasión (y todos los seres sin distinción lo son), investirla de amor y compasión, irremisiblemente supone una ayuda y un bien para ella.
 
 

 
El amor incondicional puede ser correspondido o no correspondido, eso es indiferente, por que al ser incondicional no depende de la correspondencia para su realización plena. Al estar inbuido de compasión y libre de todo apego, sentirlo, cultivarlo e irradiarlo ya es el mismo logro. No requiere de predisposición para recibirlo por parte del ser amado y, sin embargo, su naturaleza impregna la naturaleza del ser amado de manera espontánea. 
 
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De este amor surge la entrega sin reservas,  que es amor consciente y no se distingue de la compasión. Su naturaleza es la misma.  La naturaleza de este amor es tan pura y luminosa  como el extasis. Irradia luz y felicidad espontáneas para todos los seres sin distinnción. Quien lo experimenta alcanza una transformación profunda acompañada de grandes realizaciones. Cultivando el amor consciente y la compasión es posible alcanzar la iluminación.