domingo, 17 de febrero de 2013

Algunos pensamientos curiosos



No se puede hallar paz ni en el pasado ni en el futuro, sino sólo en el instante presente.
                                                                                                             G. JAMPOLSKY


Entréme donde no supe, y quedéme no sabiendo, toda ciencia transcendiendo.
                                                                                 SAN JUAN DE LA CRUZ



No creais en la aut

sábado, 26 de enero de 2013

FÁBULA DE LOS PÁJAROS

Dos pájaros que habitan en un mismo árbol (la mente y la conciencia, el árbol es el cuerpo), ambos muy amigos. Uno en la parte baja del árbol es muy activo, salta, se mueve rápido de acá para allá y come frutos dulces y amargos del árbol (vive ratos tristes y felices en la vida).









El otro pájaro en la copa del árbol (la conciencia), está inactivo, no come frutos, ni dulces ni amargos, del árbol, siempre testigo, alerta, siempre en el presente (en contemplación siempre feliz). No se preocupa por nada.











A medida que el pájaro de abajo experimenta los altibajos de la vida (frutos dulces y amargos) tiene un vislumbre o despertar, se fija y decubre poco a poco al pájaro de arriba (con la práctica de la meditación se manifiesta la conciencia),  va escalando de rama en rama, golpe tras golpe, despertar tras despertar va madurando hasta alcanzar o visualizar el pájaro de arriba, que es su amiga y compañera. Entonces aquí ambos pájaros se convierten en una hasta desaparecer por completo. El pájaro de abajo era tan solo un reflejo del ave superior (la mente es tan solo un reflejo de la conciencia y hasta que no se descubre esto, tu única realidad será la mente).

 
 La práctica, la visión clara y la comprensión hizo que ambos pájaros se convirtieran en uno, pues en realidad nunca existieron dos: el ave inferior era tan solo un reflejo del ave superior, tranquila y feliz en su propia gloria.    Mundaka Upanishad (III, I-2)

martes, 18 de diciembre de 2012

Un relato sobre la compasión

El Buda refirió en cierta ocasión una de sus vidas anteriores, antes de alcanzar la Iluminación. Un gran emperador tenía tres hijos y el Buda había sida el menor de ellos, llamado Mahasattva.  Mahasattva era un chiquillo afectuoso y compasivo por naturaleza y consideraba a todos los seres vivos hijos suyos.
Un día el emperador y la corte salieron de excursión al campo y los principes, jugando, se internaron en el bosque. Al cabo de un rato dieron con una tigresa  que acababa de dar a luz y se hallaba tan desfallecida de hambre que estaba a punto de devorar a sus propios cachorros. Mahasattva les preguntó a sus hermanos.
- ¿Qué tendría que comer ahora la tigresa para recuperarse?
- Sólo carne o sangre fresca -le respondieron.
- ¿Quién daría su propia carne y su propia sangre para alimentarla y savar así su vida y la de sus cachorros? -volvió a preguntar.
- ¿Quién en realidad? -dijeron ellos.
Mahasattva, profundamente conmovido por el trance en que se hallaban la tigresa y sus cachorros, empezó a pensar: "Durante mucho tiempo he vagado por el samsara sin propósito alguno, vida tras vida, y a causa del deseo, la ira y la ignorancia he hecho poco para ayudar a otros seres. Aquí se me presenta al fin una gran oportunidad".
Tigres y cachorrosLos principes emprendieron el regreso, pero Mahasattva  les dijo:
- Adelantaos vosotros. En seguida os daré alcance.
Luego volvió sigilosamente hacia la tigresa, llegó a su lado y se tendió delante de ella para ofrecerse como alimento. La tigresa lo miró, pero estaba tan débil que ni siquiera podía abrir la boca. Así que el principe buscó un palo puntiagudo y se hizo un profundo corte del que manó abundante sangre; la tigresa la lamió y recobró suficiente fuerza para abrir las mandíbulas y comérselo.
Mahasattva dio su cuerpo a la tigresa para salvar a los cachorros, y por el gran mérito de su compasión renació en un reino superior y avanzó hacia la iluminación y su renacimiento como el Buda. Pero no sólo él resultó beneficiado por su acción: el poder de su compasión también purificó a la tigresa y a los cachorros de su karma, e incluso de cualquier deuda kármica que pudieran tener con él por la manera en que les había salvado la vida. Ese acto de compasión fue tan poderoso, de hecho, que creó entre ellos un lazo kármico que debía prolongarse hasta un futuro lejano. La tigresa y sus cachorros, que recibieron la carne de Mahasattva, renacieron, según se dice, como los cinco primeros discípulos del Buda, los primeros en recibir enseñanza de él después de su Iluminación.

domingo, 2 de diciembre de 2012

¿Como me vas a explicar? Pedro Salinas

¿Como me vas a explicar,
di, la dicha de esta tarde,
si no sabemos por qué
fue, ni cómo, ni de qué
ha sido,
si es pura dicha de nada?
En nuestros ojos visiones,
visiones y no miradas,
no percibían tamaños,
datos, colores, distancias.
De tan desprendidamente
como estaba yo y me estabas
mirando, más que mirando,                                                                        
mis miradas te soñaban,
y me soñaban las tuyas.
Palabras sueltas, palabras,
deleite en incoherencias,
no eran ya signo de cosas,
eran voces puras, voces
de su servir olvidadas.
¡Cómo vagaron sin rumbo,
y sin torpeza, caricias!
Largos goces iniciados,
caricias no terminadas,
como si aun no se supiera
en qué lugar de los cuerpos
el acariciar se acaba,
y anduviéramos buscándolo
en lento encanto, sin ansia.
Las manos, no era tocar
lo que hacían en nosotros,
era descubrir; los tactos,
nuestros cuerpos inventaban,
allí en plena luz, tan claros
como en la plena tiniebla,
en donde sólo ellos pueden
ver los cuerpos
con las ardorosas palmas.
Y de estas nadas se ha ido
fabricando, indestructible,
nuestra dicha, nuestro amor,
nuestra tarde.
Por eso, aunque no fue nada,
sé que esta noche reclinas
lo mismo que una mejilla
sobre ese blancor de plumas
-almohada que ha sido alas-
tu ser, tu memoria, todo,
y que todo te descansa,
sobre una tarde de dos,
que no es nada, nada, nada.  

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Por favor, llamenme por mis verdaderos nombres (Thich Nhat Hahn)




 
No digan que me iré mañana
porque aún sigo llegando.

Observen profundamente: llego en cada segundo
para ser un botón de una rama de primavera,
para ser un pajarillo, con alas aún frágiles,
aprendiendo a cantar en mi nuevo nido,
para ser una oruga en el corazón de la flor,
para ser la joya que se oculta en una piedra.

Sigo llegando,  para reír y llorar,
para tener miedo y esperanza,
el ritmo de mi corazón es el nacimiento y
la muerte de todos los que viven.

Soy la mosca de mayo que tiene su metamorfosis
en la superficie del río,
y soy el ave que, al llegar la primavera,
llega justo a tiempo para comerse a la
mosca de mayo.

Soy la rana que nada feliz en el
agua clara de un estanque,
y también soy la culebra inofensiva que,
acercándose en silencio,
se alimenta de la rana.

Soy el niño de Uganda, hecho de piel y huesos,
con piernas tan delgadas como ramas de bambú,
y soy el comerciante de armas, que vende
armamento mortal en Uganda.

Soy la niña de 12 años, refugiada
en una pequeña lancha,
que se arroja al mar después
de sufrir la violación de un pirata marino,
y soy el pirata, mi corazón es incapaz
de ver y amar.

Soy un miembro del politburó, con
mucho poder en mis manos,
y soy el hombre que debe pagar
la "deuda de sangre" a su pueblo,
muriendo lentamente en un campo de trabajos
forzados.

Mi alegría es como la primavera, tan cálida que
hace que se abran las flores en toda especie de
vida.
Mi dolor es como un río de lágrimas, tan crecido
que llena cuatro océanos.

Por favor, llaménme por mis verdaderos nombres,
para que así pueda escuchar mi llanto y mi risa
al mismo tiempo,
para que pueda ver que mi alegría y dolor son
uno.

Por favor, llámenme por mis verdaderos nombres,
para que pueda despertar,
y así pueda quedar abierta la puerta de mi
corazón,
la puerta de la compasión.

domingo, 28 de octubre de 2012

En el día a día a veces estamos funcionando como autómatas. Nos estamos dejando llevar todo el rato por un flujo de ideas constantes que nos vapulean a su antojo. Como si estuviéramos en los rápidos de un caudaloso río. Nos dejamos llevar y no somos dueños de nuestra propia voluntad a la hora de vivir la vida. Es como un caballo desbocado. Por eso cuando en la caminata nos paramos, nos detenemos. Cuando en la meditación, a través de nuestra atención concentración nos detenemos y dejamos de buscar nada que esté fuera de nosotros, una puerta de conexión con la realidad se abre. Empezamos a estar en contacto con la verdadera naturaleza de las cosas y las personas.
Esa luz, esa iluminación de la que hablas es la verdadera esencia de todo lo que te rodea, que al abrir una puerta dentro de ti te inunda, te llena, te penetra y es tal la claridad que puede llegar a deslumbrarte. Es la "clara luz del gozo", en palabras de un lama muy sabio.
Además de la enseñanza de "las tres joyas", de que te hable antes de la meditación, en la tradición budista hay una enseñanza que habla de las tres puertas de la liberación. Y está muy relacionada también con la práctica del otro día. La vacuidad (shunyata), la ausencia de signos (animita) y la ausencia de objetivos (apranihita). Esas son las tres puertas. Apranihita se refiere a esa paz que brinda el soltar, el dejar de buscar, el alivio que se siente al tomar conciencia de que no hay nada que hacer ni ningún lugar a donde ir. Que todo está bien. Por eso cuando te de detienes, cuando tedas a ti mismo la oportunidad de parar, como tú dices, la sensación de paz que te embarga es muy grande y muy profunda. Algo indescriptible.
Sobre la disciplina de la práctica de la meditación tengo que decir que no creo que tú y yo seamos diferentes en absoluto. El concepto que tú tienes de ti mismo es lo que te hace ver la práctica de la meditación como algo ajeno a tu vida. Pero tú eres meditación. Ya que la meditación no es más que liberarte de todo concepto y ser tú mismo. Así que en realidad no es necesario tener inquietud por practicar meditación, sino más bien no impedir que nada se interponga entre ti y tu verdadera esencia. Para meditar no hay que hacer cosas, sino más bien dejar de hacerlas.


En realidad la meditación es solo una técnica. La técnica de la no técnica. Te permite estar conectado con tu propia vida y con todos los seres que te rodean, pero no es el fin. Solo cuando traes la meditación a la vida comienzas a vivir de verdad. Así que aunque a veces la meditación exige ciertas dosis de perseverancia, es todavía más duro y trabajoso, e incluso penoso, mantener una división entre ti mismo y la realidad última de las cosas y las personas. Cuando comprendas esto no solo a un nivel intelectual sino también a un nivel mucho más profundo entonces ya no le pondrás tantas pegas a la práctica de la meditación. Y que conste que yo tampoco me paso el día meditando, pero si intento meditar sobre la vida que en realidad no es otra cosa que vivir. Vivir conscientemente. A veces lo consigo y a veces no. Como tod@s. Lo importante es intentarlo.

viernes, 5 de octubre de 2012


El sutra del corazón

(Om. Homenaje a la noble y bella perfección de la sabiduría)
El noble bodhisattva Avalokiteshvara [1] meditaba en el cauce profundo de la perfección de la sabiduría. Miró abajo y vio que los cinco skandhas [2] son vacíos y así se liberó del sufrimiento.
¡Aquí oh Shariputra! [3] la forma es vacío, el vacío es forma; la forma no difiere del vacío, el vacío no difiere de la forma; lo que sea forma, es vacío; lo que sea vacío es forma. Así también son las sensaciones, percepciones, impulsos y la consciencia.
¡Aquí oh Shariputra! todos los fenómenos son vacíos. No son producidos o aniquilados, ni impuros ni inmaculados, ni incompletos ni enteros.
Así Shariputra, en el vacío no hay forma, ni sensaciones, ni percepciones, ni impulsos, ni consciencia; no hay ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo ni mente; no hay formas, sonidos, olores, sabores, tactos, ni objetos mentales; no hay consciencia de los sentidos.
No hay ignorancia ni extinción de ella. Ni hay todo lo que procede de la ignorancia; ni vejez, ni muerte, ni extinción de la vejez y la muerte.
No hay sufrimiento, ni su causa, ni su cese, ni sendero de liberación. No hay conocimiento, ni logros, ni falta de ellos.
Así Shariputra, el Bodhisattva, libre del apego, se apoya en la perfección de la sabiduría, y vive sin velos mentales. Así se libera del miedo con sus causas y alcanza el Nirvana.
Todos los Budas del pasado, del presente y del futuro se despiertan a la suprema y perfecta iluminación apoyándose en la perfección de la sabiduría.
Conoce que prajñápáramitá [4] es el gran mantra, [5] el mantra de gran sabiduría, el mantra más elevado, que jamas ha sido igualado y que extingue todos los sufrimientos.
Escucha la verdad infalible de prajñápáramitá:
gate gate páragate párasamgate bodhi sváhá [6]
(Así termina el corazón de la perfección de la sabiduría.)
 

Notas de la Traducción

[1]regresar al texto El bodhisattva Avalokiteshvara :: Avalokiteshvara simboliza el amor y la compasión. En este contexto los bodhisattvas son seres que buscan la Iluminación no sólo para su propio beneficio sino para el bien de todos. Avalokiteshvara no es una figura histórica sino mitológica.
[2]regresar al texto Skandhas :: Montones, agregados. Según todas las tradiciones budistas son las 5 colecciones de elementos de los cuales el ser humano no-iluminado está compuesto. Es decir forma, sensaciones, percepciones, impulsos y la consciencia.
[3]regresar al texto Shariputra :: Shariputra fue uno de los discípulos principales del Buda renombrado por su sabiduría. En su comentario sobre el sutra, Sangharákshita llama nuestra atención al simbolismo de "la compasión" dando una enseñanza a "la sabiduría". Shariputra es una figura histórica.
[4]regresar al texto Prajñápáramitá :: la perfección de la sabiduría
[5]regresar al texto Mantra :: los mantras son "sonidos simbólicos". Representan algún aspecto de la iluminación o una verdad espiritual.
[6]regresar al texto gate gate páragate párasamgate bodhi sváhá :: los mantras no se traducen dado que su importancia yace en el sonido y no en el significado de las palabras. En este caso el significado literal es: ido (de "ir"), ido, ido más allá, ido completamente más allá, iluminación, sváhá (La última palabra es prácticamente imposible de traducir: es un sonido mántrico de consagración que significa algo como "aclamación" o "que todo esté bien")


http://www.youtube.com/watch?v=xO_8j0TBGtg


http://www.youtube.com/watch?v=rBw_Jg0CggQ&feature=related