Me gusta viajar en metro y ver gente bonita que jamas volveré a ver. Chicas guapas con sus escudos protectores, a quienes apenas alcanzas a llegar atisbando una mirada. Hombres apuestos a veces sobrados como buenos castizos, otras sencillos y buenos. Viejecitos tiernos y otras cascarrabias, señoras regias y con desparpajo manchego. Diferentes razas, edades y condiciones.
Los observo con la licencia del forastero. Personas escondidas en sus libros y en su música que los preserva del mundo, deseando proximidad pero sin manifestarlo, con esa resignacion hacia lo cotidiano. Unos se bajan, otros suben, entran, salen, se sientan indiferentes desplegando su presencia, timida o abiertamente, comparten un rato y se van. Una chica sudamericana se echa un palique sobre el pecado original y reparte panfletos religiosos. Casi nadie le hace caso. Un chico canta y pasa la gorra.
Por los pasillos del metro rios de gentes se desplazan como flores alegres y tristes, flores bellas y tiernas al fin y al cabo que siguen el flujo d la corriente. Cada una con su propio ritmo y todas en la misma cadencia. Seres maravillosos a quienes estar agradecido de su existencia. Antes el metro me parecia aburrido xq viajas sin ver paisajes, pero he aprendido a observar paisajes humanos y amarlos. Ahora adoro viajar enn metro del mismo modo que adoro la vida y a todos los seres.
2 comentarios:
que lindo
Pues si, viajar en metro es para mi también una de las experiencias mas enriquecedoras, el paisaje humano es irresistible, por lo menos para mi. Existe tanta variedad y tanto que aprender simplemente observando.., hace tiempo que no viajo en metro, pero recuerdo mis primeros viajes en el metro de Londres, cuando solamente tenía 20 años, inexperta en encontrar tanta gente de diferentes razas, llegaba incluso a sentir temor por algunas personas, luego me fui acostumbrando y a disfrutar de todo lo que podía aprender solamente con observar, es altamente recomendable.
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